Pheerapoon, un niño tailandés de 11 años y unos escasos 25
kg se dedica al boxeo profesional. Su
entrenamiento consiste en más de 500 abdominales diarios, cientos de flexiones
y varios kilómetros de carrera. A pesar de su temprana edad ya ha
sufrido la rotura de dos costillas, una fractura en el peroné y numeras
lesiones.
El deporte no siempre es un espacio seguro para los niños.
Cuando éste adquiere el tono de competición a menudo se les exige un entrenamiento que va más allá
de sus capacidades físicas y emocionales. Podría decirse que los niños
que aspiran a formar parte de la élite deportiva realizan un trabajo.
Los instructores pasan a ser los gerentes de la vida de
estos jóvenes atletas imponiéndoles normas y obligaciones, mientras que los
padres, a menudo, se convierten en el verdadero peligro para sus hijos
intentando realizar sus sueños a través de ellos o, lo que es peor,
beneficiarse económicamente con sus esfuerzos.
Su entrenamiento consiste en 500 abdominales diarios,
cientos de flexiones y varios kilómetros de carrera.
Los menores de 9 años no diferencian entre los
conceptos de esfuerzo y capacidad, lo cual implica que crean que solo se
puede ganar a través del esfuerzo y que perder es la consecuencia de no
intentarlo lo suficiente. Esto se refleja en el caso de Zhang Huimin, una niña
que con tan sólo 8 años corrió 3.550 kilómetros como preparación para los
Juegos Olímpicos de 2016.
En la cultura del
deporte es típica la actitud, sin dolor
no hay ganancia pero es de vital importancia adaptar el
entrenamiento a la edad del niño para que este no sufra lesiones, ya que podría
conllevar problemas físicos y emocionales para los jóvenes.
Los juegos y actividades deportivas informales se han
considerado durante mucho tiempo como algo vital para el desarrollo saludable
del niño. Estos últimos años, ha habido una deriva hacia el profesionalismo en
el deporte competitivo, que se ha terminado por convertir en una práctica
comercializada en donde lo importante
es ganar a toda costa.
Regímenes de entrenamiento
Los regímenes del deporte han irrumpido en la informalidad
de los juegos de la calle con un único objetivo: maximizar el éxito
competitivo. La especialización
temprana se ha convertido en casi una necesidad para cualquier persona que
busca un reconocimiento deportivo internacional. Los niños que
compiten en el deporte organizado, carecen de autoridad y están excluidos de la
toma de decisiones; sus voces son silenciadas por los entrenadores y padres e,
incluso a veces, por otros atletas de alto nivel. Pasan a ser objeto de violencia cuando no cumplen con los deseos de
esas figuras de autoridad. Hay ocasiones en las que incluso se
convierte en una tragedia, como la del luchador de sumo de 17 años, Takashi Saito,
quien murió a manos de su entrenador por un golpe en la cabeza con una botella.
El deporte, interés político y económico
Los múltiples beneficios, la importancia cultural y la
popularidad, hacen que el deporte se convierta en una importante prioridad
política y económica para los gobiernos. Ejemplo de ello es lo que ocurre con
la gimnasia en países como China y
en Europa Oriental donde explotan
a niñas para que ganen medallas olímpicas.
Las novatadas como tarjeta de acceso
Así como en algunas organizaciones militares, hermandades y
fraternidades, las escuelas privadas y las fuerzas policiales, las conocidas
novatadas también tienen cabida en la iniciación al deporte. Se somete al
recién llegado a pruebas y actividades peligrosas como condición para poder
entrar en el equipo. Las novatadas
pueden incluir el acoso, consumo de drogas o alcohol, el abuso verbal, físico o
emocional, la humillación, la degradación y hasta el abuso sexual. Estos rituales se utilizan para que sólo los mejores
lleguen a formar parte del grupo y, los más débiles, queden fuera de la
selección. El joven atleta ha de soportar las prácticas abusivas en silencio
como precio a pagar por ser recibido en el equipo. A menudo, las figuras de
autoridad como los entrenadores se suman a las novatadas.
Como amigo, la soledad
La dedicación abrumadora al
deporte puede ocasionar una pérdida
de experiencias claves en la niñez como la socializacion con los amigos y la familia. De
hecho, muchos atletas jubilados
han confesado tener que ponerse al día en sociedad, política y
educación una vez ha finalizado su carrera deportiva”
En conclusión
Todo el dolor y exigencia buscan
un fin único, lograr la mayor cantidad de medallas de oro y por lo tanto ser
los mejores deportistas del mundo. Tener una fábrica de medallistas tiene un
alto costo. Conseguir una medalla gimnasia artística requiere mucho esfuerzo y
sacrificio. Ganar la gloria para la patria piensa el entrenador, vara en mano,
mientras evita que algún niño no cumpla su interminable sesión de
estiramientos.
-El
deporte no siempre es un espacio seguro para los niños
-Cuando
se aspira a la élite, subyace en su práctica cierto peligro de explotación
-La
dinámica de competición les exige a menudo ir más allá de sus capacidades
-El
peligro reside en tratar a los menores como atletas antes que como niños
Preguntas de interés
-¿Ellas han elegido ser
gimnastas?
-¿Quiénes son los interesados en
que se formen este tipo de deportistas? ¿Y porque?
-¿Creéis que es correcta y
necesaria esta forma de educar?
-¿Se puede definir e este modelo
de enseñanza como educación?
- En el presente post os dejo también unos videos realacionados con el tema tratado para que veais lo que sucede con muchos niños deportistas:
Yo creo que no pueden hacerse muchos más comentarios. SE trata de casos de maltrato,simple y llanamente. El deporte o, mejor, el rendimiento deportivo parece poder justificarlo todo siempre. Y, sencillamente, no así.
ResponderEliminarPD. Las preguntas que planteas son geniales! Das en la clave. Es má, puede que sí lo hayan elegido pero, buscando qué? Agradar a sus padres? Salir de la pobreza?